Largometraje dirigido por Lucia Aleñar Producido por Lastor Media, Marta Cruañas Cometido: diseño de vestuario
Catalina verá como sus vacaciones quedan trastocadas dramáticamente a raíz de la muerte absurda y violenta de su abuela, que sólo ella presencia. Un gesto casual -mudarse con el vestido de la difunta- se convertirá en la puerta de entrada a un mundo fantasmagórico que llevará a Catalina a ocupar literal y figuradamente el espacio dejado por la abuela, un hecho que provocará un terremoto emocional entre aquellos que la quieren.
Fotografía de Pol Rebaque, relativa al cortometraje rodado previamente.